Roma
Hoy toca hablar sobre la que es para mí por el momento la
mejor película del año (y salvo sorpresa mayúscula nadie la va a superar).
Alfonso Cuarón se supera a sí mismo en esta obra maestra. Después de conquistar
Hollywood con sus dos últimas películas, las notables, aunque irregulares
Gravity e Hijos de los Hombres.
Introducción
Alfonso Cuarón ya demostró sus dotes como director en las
películas mencionadas anteriormente, las considero irregular sobretodo en
cuanto al guion y emoción, pero en cuanto a dirección, fotografía y puesta en
escena eran sublimes. Incluso en la tercera parte de la saga Harry Potter se
notaba su estilo.
Ambas películas tenían escenas que se te quedaban guardadas
en la memoria como el impresionante plano secuencia con el que daba comienzo
Gravity o la maravillosa y muy tensa persecución de Hijos de los Hombres rodada
en un solo plano. Pero en mi opinión siempre daba la sensación de que podía
alcanzar unas cotas artísticas mayores, en parte porque eran
películas claramente comerciales, aunque estuviesen dotadas de un estilo tan
personal como el del director mexicano.
En esta nueva película abandona los grandes presupuestos del
cine comercial de Hollywood para rodar una película sencilla, muy personal
y maravillosamente bella.
Una historia preciosa
Cuarón apuesta por una historia mucho más personal y humana
con la intención mostrarnos su país natal, recordar su infancia y sobretodo
rendir un homenaje a las mujeres que tan importante fueron su infancia, en
concreto la criada de la familia y su madre.
La historia nos narra un año en la vida de una familia residente en el barrio
de Roma en la Ciudad de México entre los años 1970 y 1971. La familia
protagonista es de clase media y formada por Antonio (el padre), su mujer
Sofía, sus cuatro hijos y la madre de Sofía. A su cargo tienen a la
sirvienta Cleo que será la protagonista de esta historia.
La película no narra ningún acontecimiento de impacto, el objetivo es mostrar
el día a día en esa casa, las relaciones entre los miembros de la familia y
todo ello mezclado con la vida de Cleo. Todo ello en un agitado
contexto social. Encontramos un país muy polarizado por la diferencia de
clases sociales y por los problemas económicos. Todo esto se
sucederá a lo largo del film mientras vemos la vida de los protagonistas.
La cinta tiene varios momentos que te sobrecogen (no hablaré
de ellos ya que merece la pena verlos por primera vez sin saber nada de ellos)
y te dejan al borde de las lágrimas y tiene mucho mérito ya que Cuarón en
ningún momento pretende manipular al espectador.
Interpretaciones naturales, personajes reales
Las interpretaciones son de gran nivel y muy naturales. El
protagonismo de la cinta recae en la joven y desconocida Yalitza Aparicio.
Es precisamente su inexperiencia ante las cámaras lo que produce que su
interpretación se vea más natural y real, muy en la línea de la cinta.
El resto de personajes siguen una línea muy similar lo que ayuda a potenciar la
idea de Cuarón que es lograr una película basada en sus recuerdos y hacernos sentir
parte de ese universo, olvidarnos que estamos viendo una película.
Cuarón bebe mucho del neorrealismo italiana clásico de los años 40 y también de
la obra maestra de Truffaut los 400 Golpes. Del neorrealismo toma esa
naturalidad y realismo a la hora de mostrar las cosas, en ningún momento busca
manipular ni influir en el espectador, su objetivo es meterte de lleno en esa
realidad. De la película de truffaut coge el hecho de no usar actores
profesionales para dotar a la cinta de mayor realismo, su forma de mostrar la
infancia en un barrio de clase media y no usar música para dar mayor énfasis en
momentos dramáticos.
Puesta en escena y ambientación únicas
Este es sin duda el punto fuerte de la cinta (y teniendo en
cuenta el resto de apartados es mucho decir). Visualmente es un auténtico
prodigio que te entra por los ojos. La idea del director era realizar un
retrato hiperrealista, sin trucos para hacer más ligera la cinta, su idea es
mostrarnos la cotidianidad de los protagonistas.
Estamos ante uno de los usos del blanco y negro más bellos
que he visto rodado en 65 mm al estilo clásico. En esta ocasión Cuarón no ha
contado con el gran Emmanuel Lubezki con el que ya trabajó en Hijos de los
Hombres y la oscarizada Gravity pero la cinta está a un nivel tremendo, un
prodigio artístico al alcance de muy pocas cintas.
México aparece recreado con una belleza y
naturalidad tremenda, las imágenes son deslumbrantes y se te quedan
grabadas en la retina. En todo momento tienes la sensación de estar
viendo una fotografía en movimiento y te sumerge en ese ambiente tan especial
de México.
Todo está rodado con un alto grado de detalle y rigor
histórico. Las calles, los coches, los cines, la ropa de la gente... toda tiene
un alto de grado de detalle que consigue meternos de lleno su el barrio de Roma
en la ciudad de México DF.
Por supuesto hay que hablar del sonido. Cuarón utiliza una
tecnología digital de sonido llamada Atmos con el cual representa todos los
sonidos de la ciudad de México en 1970 como sonidos del tráfico, niños jugando o
vendedores. Esto contribuye a esa sensación de inmersión única que posee la
película.
Dirección apabullante
A nivel de dirección este año Alfonso Cuarón no tiene rival.
Lo más cercano a él es Pawel
Pawlikowski con la notable Cold War por sus elegantes
movimientos de cámara y por esa belleza visual que es capaz de imprimir a la
cinta. Pero Cuarón va mucho más allá que el director polaco.
Cada plano de la cinta es de una minuciosidad increíble,
perfectamente planificado. La cámara de Cuarón se mueve con mucha suavidad y
precisión lo que nos permite admirar la perfecta composición de escenas y
tenemos la sensación de poder movernos libremente por la casa.
Las escenas más emotivas del film están rodadas con una
elegancia y una intensidad brutales. Como ya comenté, no hablaré de ellas para
evitar spoilers ya que son escenas que realmente merecen ser vistas por primera
vez sin saber nada de ellas.
Cuarón no usa primeros planos en la cinta salvo algún
instante muy concreto. Él no quiere tomar partido en la película o
manipularnos, solo pretende mostrar los hechos y la ciudad tal y como él
recuerda.
Conclusión
Estamos ante una obra maestra, cualquier calificativo se
queda corto. Visualmente bellísima, con una historia sencilla pero emocionante
y una dirección y ambientación apabullantes. La obra más personal de su
director sin duda.
No es una película para todo el mundo, es pausada y se centra
más en los detalles que en la trama, pero si entras en ella te atrapara sin
remedio. Recomiendo darle una oportunidad sí o sí.
Nota: 10
Películas similares: Roma, Ciudad Abierta, Los 400 Golpes, El
Ladrón de Bicicletas.
Hasta
pronto.