Carol
Hoy toca hablar sobre una de las mejores películas del siglo
XXI. Todd Haynes logró crear en 2016 una obra maestra con una calidad
insuperable y demostrando que en el siglo XXI también se puede hacer cine de
calidad. En este artículo no habrá spoilers así que los que no hayáis visto la
cinta podréis leerla sin problemas.
Introducción
Todd haynes estreno en 2016 una película destinada a perdurar
en el tiempo y ser un ejemplo de cómo se puede hacer una película con
sensibilidad y atención a los detalles altísima. No es una cinta para todo el mundo,
pero merece la pena verla e intentar dejarse llevar por la obra. Basada en la
novela The Price of Salt de Patricia Highsmith y ambientada en 1952.
Todd
Haynes director de época
Antes de entrar a valorar la película toca hablar brevemente
de su creador. Haynes es un director de época con un toque clásico, pero con
una personalidad arrolladora. Ha filmado grandes obras como la emocionante
Lejos del Cielo que guarda ciertas similitudes con Carol, el falso documental
sobre Bob Dylan I'm not There o la magnífica miniserie de la HBO Mildred
Pierce. Ha demostrado una capacidad tremenda para trabajar en diferentes géneros
y estilos e imprimiendo a sus obras un aire a cine clásico mezclado con un
toque muy personal y a veces experimental como en el caso de I'm not There.
Ha hablado con mucha lucidez de temáticas como el aislamiento,
la música, la homosexualidad y el rol de la mujer en la primera mitad del siglo
XX. Todo ello con una dirección elegantísima y pausada, con multitud de
detalles y un gusto exquisito por la belleza visual que impregna sus películas.
Muchas personas ponen de manifiesto que, aunque Haynes es un
director impecable en lo formal falla a la hora de emocionar con sus historias.
No estoy ni mucho menos de acuerdo con esa afirmación. Es cierto que no es un
director que muestre emociones como el amor o la tristeza de forma desatada en
sus obras, el prefiere ser más contenido y nunca manipulador. Pero eso no
significa que sea un director frío y para muestra Carol, una película que
emociona sin necesidad de jugar con los sentimientos del espectador, en la
línea de la sobresaliente Los Puentes de Madison de Clint Eastwood.
Una
historia de amor con aroma clásico
Therese Belivet, interpretada por una maravillosa Rooney
Mara, es una joven aspirante a fotógrafa que trabaja en unos grandes almacenes.
Allí conocerá a Carol, una elegantísima Cate Blanchett, una mujer sofisticada
que buscará una muñeca para su hija. Carol olvida sus guantes en el mostrador,
lo que iniciará una relación entre ambas, cocinada a fuego lento. A la vez,
Carol se enfrentará a su marido y a la posible pérdida de la custodia de su
hija.
La historia de amor entre ambas mujeres es preciosa, de esas
que te mantienen pegado a la pantalla. La trama avanza muy lentamente, pero una
vez entras en la historia es imposible escapar. Therese y Carol se enamoran,
pero deben ser cuidadosas ya que en esa época una relación homosexual era
tildada casi de peligrosa. Queda claro que no todo ha cambiado con respecto a
la época en la cual se escribió la novela (1952) ya que la cinta fue totalmente
ignorada por la academia a pesar de las criticas unánimes hacia ella. Además,
hay que comentar que ambas mujeres pertenecen a clases sociales y edades
diferentes, lo cual no impide que haya una atracción mutua a pesar del rechazo
social de la época.
Carol es una historia de amor triste y bella a la vez. Pero
no es solo eso, es mucho mas. Es el retrato de una época absolutamente injusta
para todos aquellos que se salían de los cánones de comportamiento de aquellos
años en una sociedad tan puritana e hipócrita. Todo se basaba en mantener las
apariencias.
La cinta tiene un aire de clasicismo tremendo influido en
gran medida por genios del cine como Douglas Sirk y sus melodramas o el genial
Kenji Mizoguchi. A pesar de ello Carol es un film tremendamente moderno, es
decir, intenta recuperar un cine como el de antes, pero con la visión de hoy en
día.
Interpretaciones
de altísimo nivel
De la gran Cate Blanchett ya sabemos lo que podemos esperar.
Una gran variedad de registros, una elegancia sin igual, gran facilidad para
transmitir emociones sin necesidad de realizar excesivos gestos y una capacidad
para atraer nuestra mirada inigualable. Por algo es una de las mejores y más
respetadas actrices del mundo (para mí la mejor).
La sorpresa viene de Rooney Mara. Actriz que comenzó a dar
que hablar con su breve, pero importantísimo papel en la maravillosa La Red
Social de David Fincher y después con su interpretación de la enigmática
Lisbeth Salander en la versión americana de Millenium, de nuevo bajo la dirección
de David Fincher. En esos momentos ya había dado muestras de su gran calidad
como actriz, pero en Carol alcanza un nuevo nivel. Mara está al nivel de
Blanchett y eso es algo casi imposible. Todd Haynes logra sacar lo mejor de la
actriz para regalarnos una interpretación portentosa. Te transmite sus dudas,
su embelesamiento por Therese, su vulnerabilidad y su valentía.
En la cinta también aparecen Sarah Paulson o Kyle Chandler
que realizan grandes interpretaciones que complementan perfectamente la cinta
pero que les hacen sombra en ningún momento a la pareja protagonista.
Apartado
visual apabullante
Como ya hemos comentado el guion de la película es fantástica
y las interpretaciones sublimes, pero donde Todd Haynes aporta ese toque
personal es en el apartado visual.
Las primeras palabras que se viene a la mente son elegancia y
belleza. Haynes mueve la cámara con mucha suavidad y prestando una gran atención
a los detalles con un gusto estético incomparable. Si la historia te llega al corazón,
la parte visual será un deleite para los sentidos. La dirección de Todd Haynes
es de un corte clásico que hace a su Carol inmune a envejecer con el paso del
tiempo, como sucede igual con Lejos del cielo. Los planos y encuadres de Haynes
son precisos y con un gran sentido estético. El ritmo de la cinta es intencionadamente
lento, calmado y delicado.
La fotografía de la cinta a cargo de Edward Lachman es
de un nivel altísimo. Detalles como El retrato detallado de los rostros, el
relejo de la luz inundando el ambiente nos transportan a esa época y nos dejan embelesados
mirando la pantalla. La textura imprimida a la película unida a su gama de
colores es hipnótica.
Conclusión
Nos encontramos ante una película única, top 10 del siglo y
con una calidad en todos sus apartados tremenda. Visualmente sublime, interpretaciones
de un nivel altísimo, dirección elegante y muy personal y una historia
emocionante y nada manipuladora. Si amas el cine debes verla.
Nota: 10
Películas similares: Lejos del Cielo, Mildred Pierce, Los
Puentes de Madison, Imitación a la vida